Ya sabiendo lo que es la masonería, una pregunta muy justa es ¿qué hacen los masones?
En realidad, los masones nos podemos involucrar de manera directa o indirecta en actividades relacionadas al desarrollo personal y al desarrollo social.
Reuniones semanales masónicas
Las reuniones masónicas constituyen un espacio donde los miembros de la fraternidad se congregan para explorar los principios fundamentales de la masonería y fortalecer los lazos fraternales que los unen. Estas reuniones, que suelen realizarse en un ambiente de respeto y hermandad, tienen lugar en las logias masónicas, que simbólicamente son templos donde se llevan a cabo las actividades de la orden.
En estas sesiones, los masones se sumergen en un mundo de simbolismo, donde cada elemento y acción tiene un significado profundo y trascendental. A través de rituales cuidadosamente diseñados, los participantes son guiados en un viaje que busca despertar la consciencia, promover la reflexión y fomentar el crecimiento espiritual y moral.
Además de las ceremonias rituales, las reuniones masónicas ofrecen un espacio privilegiado para el intercambio de conocimientos y el aprendizaje continuo. Los masones participan en discusiones y se presentan ensayos sobre una amplia gama de temas, que van desde la historia de la masonería hasta cuestiones contemporáneas que afectan a la sociedad. El estudio de disciplinas como la historia, la filosofía, la psicología, la sociología, la moral y la ética proporciona a los miembros herramientas intelectuales y espirituales para comprender el mundo que los rodea y desarrollarse como individuos íntegros y comprometidos.
Además de las actividades internas, las reuniones masónicas también son un espacio para fortalecer los lazos de amistad y solidaridad entre los hermanos. En un ambiente de confianza y apoyo mutuo, los masones comparten temas que a ellos les interesan, experiencias y cuestionamientos construyendo una red de apoyo que trasciende fronteras geográficas y culturales.
Las reuniones masónicas son mucho más que simples encuentros semanales; son el corazón pulsante de la fraternidad masónica, donde se cultivan valores, se comparten conocimientos y se fortalecen los lazos de hermandad que unen a los miembros en una búsqueda común de la verdad y la virtud.
Masonería y sociedad:
La masonería, arraigada en principios de humanidad y fraternidad, se erige como una fuerza impulsora en la búsqueda de un mundo más justo y equitativo. Más allá de los muros de sus logias, los masones se comprometen activamente con la sociedad en diversas formas, promoviendo valores fundamentales que consideran esenciales para el progreso humano.
Uno de los pilares de la acción masónica en la sociedad es la participación en organizaciones cívicas y proyectos de ayuda comunitaria. Los masones tienen el derecho de, si así lo desean, de involucrarse de manera directa o indirecta en iniciativas locales y globales que buscan mejorar las condiciones de vida de aquellos que más lo necesitan. A través de acciones concretas como la organización de campañas de recolección de alimentos, la construcción de viviendas para personas sin hogar, y la provisión de servicios médicos y educativos en comunidades marginadas, los masones demuestran su compromiso con el servicio altruista y la solidaridad.
Además de su labor filantrópica, los masones son fervientes defensores de los derechos humanos, la democracia y la justicia social. Desde su posición de influencia y liderazgo, muchos masones trabajan activamente en la promoción y protección de los derechos civiles, la igualdad de género, la inclusión racial y la diversidad cultural. Participan en movimientos sociales y campañas de concientización, alzando sus voces en contra de la discriminación, la opresión y la injusticia en todas sus formas.
La masonería también aboga por la educación pública de calidad como un pilar fundamental para el desarrollo integral de la sociedad. Los masones apoyan programas educativos, becas y proyectos que buscan garantizar el acceso equitativo a la educación para todos, independientemente de su origen socioeconómico. Reconociendo el poder transformador del conocimiento, promueven la alfabetización, el pensamiento crítico y la formación integral de individuos capaces de contribuir positivamente al progreso de la humanidad.
En su lucha por un mundo más justo y equitativo, los masones también abogan por la tolerancia religiosa y la libertad de conciencia. Respetan y valoran la diversidad de creencias y opiniones, promoviendo el diálogo interreligioso y el respeto mutuo como fundamentos para la convivencia pacífica y armoniosa entre personas de diferentes credos y convicciones.
La masonería se presenta como un bastión de valores universales que trascienden fronteras y culturas, buscando construir un mundo mejor para las generaciones presentes y futuras. A través de su compromiso activo con la sociedad, los masones trabajan incansablemente por la realización de una visión de humanidad basada en la libertad, la igualdad, la fraternidad y el progreso humano.
Filantropía y obras benéficas:
La filantropía y las obras benéficas constituyen un pilar fundamental en la labor de la masonería, reflejando el compromiso profundo de los masones con la solidaridad y el bienestar colectivo. Más allá de ser meras palabras o principios abstractos, la filantropía masónica se materializa en acciones concretas que buscan aliviar el sufrimiento y mejorar la calidad de vida de quienes más lo necesitan.
Las logias masónicas, conscientes de su responsabilidad social, dedican recursos y esfuerzos a una amplia gama de proyectos de caridad y asistencia social. Desde la organización de eventos benéficos hasta la donación de fondos y recursos materiales, los masones se comprometen activamente con causas humanitarias y programas de ayuda comunitaria que abordan diversas necesidades y problemáticas sociales.
Entre las actividades filantrópicas llevadas a cabo por las logias masónicas se encuentran la entrega de alimentos y artículos de primera necesidad a familias en situación de vulnerabilidad, la organización de campañas de salud pública para la prevención y tratamiento de enfermedades, y la provisión de refugio y asistencia a personas sin hogar. Además, muchas logias masónicas colaboran con organizaciones sin fines de lucro, hospitales, escuelas y otras instituciones para apoyar programas de desarrollo comunitario, educación, y atención médica.
La filantropía masónica no se limita únicamente a la asistencia material, sino que también incluye iniciativas destinadas a promover el desarrollo integral de las personas y comunidades. En este sentido, los masones suelen ofrecer becas educativas y oportunidades de capacitación profesional a jóvenes prometedores que enfrentan dificultades económicas, brindándoles las herramientas necesarias para alcanzar su máximo potencial y contribuir positivamente al progreso social.
Además de su compromiso con el alivio del sufrimiento y la necesidad material, la filantropía masónica se basa en principios de igualdad, justicia y dignidad humana. Los masones creen en la importancia de promover la inclusión y el respeto mutuo en todas sus acciones benéficas, reconociendo la diversidad de la condición humana y valorando la contribución única que cada individuo puede hacer a la sociedad.
La filantropía y las obras benéficas ocupan un lugar central en la identidad y la misión de la masonería, reflejando el compromiso inquebrantable de los masones con la solidaridad, la compasión y el servicio desinteresado a los demás. A través de su labor filantrópica, los masones buscan no solo aliviar el sufrimiento material, sino también inspirar un cambio positivo en el mundo y promover una cultura de cuidado, generosidad y humanidad.
Organizaciones Paramasónicas
El término «paramasónico» hace referencia a una organización exclusivamente constituida por masones o administrada por ellos. Estas organizaciones suelen surgir como complemento o extensión de la actividad masónica formal, con el propósito de promover valores similares o complementarios a los de la orden, como la fraternidad, la filantropía y el crecimiento personal y espiritual.
A menudo, las organizaciones paramasónicas se dedican a actividades sociales, culturales o de servicio comunitario, buscando fomentar la fraternidad entre los miembros y contribuir positivamente a la sociedad en general. Aunque no forman parte de la estructura formal de la masonería, estas organizaciones suelen estar estrechamente relacionadas con las logias masónicas y comparten muchos de sus principios y valores fundamentales.
Los grados Filosóficos de la Masonería
Al ingresar a la masonería se inicia con el grado de aprendiz (primer grado), posteriormente se pasa al grado de compañero (segundo grado) y se finaliza con el grado de maestro masón (tercer grado). Los grados filosóficos de la masonería son los grados y enseñanzas que se estudian posteriormente de esos tres grados.
Aún que se sigue ostentando el grado de Maestro Masón, los que así lo decidan, pueden ingresar a una logia filosófica y trabajar temas simbólicos y filosóficos adicionales o consecuentes a los de los primeros tres grados.
En esta imagen se puede ver a manera de gráfico ambos ritos, con el Rito Escocés Antiguo y Aceptado y sus 33 grados de lado izquierdo y el Rito de York a la derecha.
En la masonería en Monterrey existen dos cuerpos filosóficos a los que se pueden pertenecer: El Rito Escocés Antiguo y Aceptado (REAA) y/o El Rito de York.
El Rito Escocés Antiguo y Aceptado
El Rito Escocés Antiguo y Aceptado es uno de los sistemas de grados más prominentes y conocidos dentro de la masonería, en él es donde se estudian del grado 4 al 33. Este rito, también denominado Rito Escocés y ha sido un pilar en la tradición masónica desde su establecimiento en el siglo XVIII, y su presencia se extiende por todo el mundo.
Cada grado dentro de este sistema está diseñado para enseñar lecciones específicas y simbólicas, y se presenta en forma de ceremonias rituales que incorporan símbolos, enseñanzas filosóficas y tradiciones históricas.
Estos grados continúan la narrativa iniciática establecida en los grados de aprendiz, compañero y maestro pero los amplían con una mayor profundidad y presentan una serie de enseñanzas y símbolos que representan diferentes aspectos de la experiencia humana y el camino hacia el conocimiento.
Los miembros de este rito se comprometen consigo mismos a cultivar la excelencia moral y espiritual en su persona y en la sociedad.
El Rito de York
El Rito de York es uno de los sistemas de grados masónicos más antiguos y prominentes en la tradición de la masonería. Este rito, que se remonta a los primeros días de la masonería especulativa en Inglaterra, ha desempeñado un papel fundamental en la formación y el desarrollo de la fraternidad masónica en América del Norte y en otros lugares del mundo.
A diferencia del REAA, el rito de York no tiene una secuencia escalonada de grados, sus enseñanzas se presentan en tres subdivisiones del rito pero que están al mismo nivel las unas de las otras. Estas subdivisiones o “cuerpos” tienen por nombre: Real Arco, Grados Crípticos y Caballería Templaria.
El Rito de York centra sus enseñanzas simbólicas relacionadas con la construcción del Templo de Salomón, que sirven como metáfora para la construcción del carácter moral y espiritual del individuo.
Una característica distintiva del Rito de York es su énfasis en la tradición cristiana y en los valores asociados con ella. Aunque el rito acoge a miembros de diversas tradiciones religiosas, muchos de sus rituales y enseñanzas están influenciados por la bibliografía, la historia y la simbología de la tradición judeo-cristiana.
El Club Shriners
El Club Shriners tiene una red de hospitales pediátricos que se extienden por México, Estados Unidos y Canadá. Estos Hospitales brindan atención médica especializada sin importar la capacidad de pago por parte de los familiares de los pacientes.
Estos centros hospitalarios ofrecen una atención gratuita en tratamientos especializados en áreas como la ortopedia, quemaduras, labio leporino, fisura palatina, entre otros. En consonancia con los principios masónicos, los hospitales Shriners admiten a todos sus pacientes sin hacer distinción de raza, situación económica o creencias religiosas. El único requisito es que el paciente sea menor de 18 años y esté afectado por alguna enfermedad.
Además, para asegurar el acceso a la atención médica, los templos Shriners a menudo proporcionan transporte gratuito hacia el hospital más cercano. En casos de necesidad extrema, cuando la gravedad de la enfermedad lo requiere, se ofrece incluso transporte internacional y hospedaje, facilitando visados temporales para pacientes y familiares.
La masonería designó a los Hospitales Shriners para Niños como su principal obra filantrópica en 1922, un compromiso que perdura hasta nuestros días, reflejando así su continua dedicación a mejorar la vida de los más vulnerables en la sociedad.
Si deseas conocer más de esta noble institución, puedes entrar a su sitio web en el siguiente enlace: Club Shriners Internacional
Widows Sons
En el vasto panorama de los clubes de motociclistas, hay uno que destaca por su singularidad y su profundo sentido de compromiso social: los Widows Sons. Este grupo no es solo una congregación de entusiastas de las dos ruedas, sino también una fraternidad de masones unidos por un propósito noble y altruista.
Los Widows Sons son un club exclusivamente integrado por masones, aquellos que han compartido rituales y valores en logias masónicas en todo el mundo. Sin embargo, su enfoque va más allá de los secretos y las tradiciones internas de la masonería.
Su propósito fundamental es brindar apoyo a las viudas y huérfanos de masones fallecidos, una misión que refleja los principios de solidaridad y fraternidad que son el núcleo de la masonería.
Pero los Widows Sons no se limitan a este noble objetivo. Han integrado un propósito social marcado en su identidad, convirtiéndose en agentes de cambio y ayuda para las comunidades marginadas a las que llegan a través de sus rodadas en motocicleta. Su presencia en estas comunidades no es simplemente un espectáculo de motores rugiendo y chaquetas de cuero relucientes, sino una oportunidad para tender una mano amiga a aquellos que más lo necesitan.
Una de las formas en que los Widows Sons apoyan a estas comunidades es actuando como un enlace para proporcionar víveres y otros recursos esenciales. En muchos lugares, especialmente en regiones remotas o desfavorecidas, el acceso a alimentos y otros suministros básicos puede ser limitado. Los Widows Sons aprovechan su red y recursos para llevar ayuda a estas áreas, asegurando que las necesidades básicas de las personas sean atendidas.
Además del apoyo material, los Widows Sons también se dedican a fortalecer las instituciones comunitarias, como las escuelas locales. Reconocen que la educación es una herramienta poderosa para el cambio y el progreso, y por lo tanto, invierten esfuerzos y recursos en mejorar las condiciones de las escuelas en las comunidades que visitan.
Ya sea mediante donaciones de material escolar, la realización de mejoras físicas en los edificios escolares o incluso ofreciendo programas extracurriculares, los Widows Sons están comprometidos con el engrandecimiento de las generaciones futuras.